Felicia, crónica de un viaje extraordinario es el libro que narra la vida de Felicia Muscio, pero sobre todo el viaje que emprendió en 1895 para reunirse con su marido que años antes había emigrado a América y se había detenido en el norte de Chile, región de Tarapacá, en la pequeña ciudad de Iquique situada entre el Océano Pacífico y el desierto de Atacama entre los más áridos del planeta.

La mujer afronta el viaje acompañado de su hija Maria Rosa de apenas cuatro años, ignorante de las enormes dificultades que habrían encontrado. Desde Nápoles 40 días de navegación hasta Buenos Aires. Luego dos días en tren hasta San Martín de Mendoza al pie de los Andes. Continuaron luego sobre el lomo de una mula para pasar los Andes y alcanzar después de veinticinco días de camino Valparaíso, una ciudad portuaria del centro de Chile, donde con un barco mercante y después de otros diez días de navegación finalmente llegaron a Iquique para reunirse con el jefe de la familia Vito Sciaraffia.

La familia reunida allí volvió a vivir y a proyectar el futuro, Pero en Chile tuvieron que enfrentarse a muchas otras desgracias y debido a una mala coyuntura económica se vieron obligados a regresar a Oppido, donde desafortunadamente Vito encontró la muerte a causa de un rayo durante una tormenta de verano. Felicia regresó a Chile para estar cerca de sus hijos que mientras tanto se habían casado y fue allí donde terminó sus días a la edad de 71 años.

Esta es la historia de una mujer que traspasa no solo los límites geográficos y físicos, sino también los culturales y temporales. Es la historia de una pionera que hoy se considera un símbolo de la emigración femenina, de la emancipación, de la fuerza y de la determinación de todas aquellas mujeres que no se dejan detener por una sociedad que las ve sujetos pasivos.

FELICIA de Los Andes cruza el océano y crea un vínculo indisoluble entre dos mundos completamente diferentes y distantes. En busca de su marido y de la tan anhelada unión familiar, FELICIA deja el remoto pueblo lucano y, después de un viaje rocambolesco y hoy inverosímil, llega al norte de Chile, a Iquique. Aquí está la ruta trazada en el mapa, un canal dejado abierto para siempre por una mujer «sencilla».

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