San Gerardo a Potenza. El Desfile de los Turcos

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Gerardo de Potenza, nacido en Piacenza de una familia de origen noble (los marqueses Della Porta), es venerado como santo de la Iglesia Católica y es el patrón de la ciudad de Potenza.

San Gerardo, honrado el 30 de mayo, el día de la traslación de sus reliquias, es recordado sobre todo por haber rechazado con un deslumbrante brillo la invasión de los turcos, llegados navegando el Basento Este episodio se ha convertido en el centro de las celebraciones y cada año se renueva el 29 de mayo en su honor en la capital lucana, con un desfile que recorre los momentos cruciales de aquel evento, a la que asisten cientos de actores disfrazados y mucha gente disfruta del espectáculo.

Se representan tres marcos temporales bien animados con ropa hecha a mano, zapatos, armerías y maquillaje, que datan de 1100, 1500 y 1800.

En el primer cuadro se vuelve a proponer la entrada en la ciudad del Conde Alfonso de Guevara, única huella histórica de toda la procesión oficialmente reconocida y recogida por las actas de 1578 del notario Giovanni Antonio Scafarelli.

Se reproducen las diversas clases sociales, una amplia fila de nobles compuesta por hermosas damas con suntuosos vestidos de terciopelo, encajes y finos bordados, acompañados de elegantes duques y caballeros locales, seguidos de caballeros y guerreros, y de un niño San Gerardo que bendice a todos desde la sesión de su barco.

A continuación, el gran sarraceno, rebautizado como «Cipollino», con la intención de exorcizar el gran miedo de los invasores; éste está rodeado de legiones de esclavos turcos encadenados y de soldados que simulan ataques a los presentes, entreteniendo a los niños y creando una atmósfera de suspense. El tercer momento del desfile se centra en el elemento sagrado: el templete del Santo llevado a hombros por los jóvenes «portadores».

La manifestación se concluye en la plaza del ayuntamiento, donde la iaccara, un manojo de cañas y leña de unos doce metros de largo, con un diámetro de aproximadamente un metro y una tonelada de peso, Durante el desfile, es llevada al hombro por voluntarios disfrazados de campesino y es maniobrada gracias a la coordinación de los jaqueros con el capoiaccara que da las órdenes asistido por cuatro ayudantes. Durante el Desfile de la Iaccara, una figura burlesca, sentada a horcajadas sobre el haz, apostrofa a los espectadores explicando que el hacha no es de quien la lleva, ni de quien la mira, sino de San Gerardo.

La iaccara, alla fine del percorso, viene innalzata a braccia, scalata dal capoiaccara e incendiata in onore del Santo Patrono, ripetendo una simbologia tipica dei riti pagani, e in particolare della tradizione dei riti arborei lucani. Teniendo en cuenta el gran tamaño y el alto peso, el manejo seguro de la pendiente en las calles de la ciudad requiere una gran unión entre los portadores, una sólida experiencia y una definición estricta de los roles. Es fuerte la llamada a la tradición en todo el recorrido del desfile: están presentes la sociedad campesina, la artesanal, grupos de angelitos, el carro de la acogida y los capitanes de las 6 puertas de la ciudad, y todavía expositores, tocadores, escupidores de fuego, malabaristas y saltamontes.