Cuando el regreso no es solo un viaje o una estancia, sino un crecimiento. Este es el ejemplo que Donato Curcio, empresario picernés que emigró a los Estados Unidos en 1951, da a través del apoyo a la causa futbolística de su país, Picerno.
Donato Curcio nació en Picerno, Basilicata, en 1942, donde pasó su juventud hasta la edad de 19 años cuando decidió emigrar. Muchas son las etapas de su viaje: Inglaterra, Francia, Suiza y finalmente Estados Unidos y precisamente Buffalo, donde hoy vive y donde ha realizado una empresa que se ocupa del diseño y fabricación de máquinas para decorar productos de plástico.
En Buffalo crece la empresa y la familia de Donato, pero a pesar del éxito económico y de los diversos compromisos laborales, sigue manteniendo un fuerte vínculo con sus orígenes lucanos y con su país. Picerno es un pueblo lucano de poco más de 5000 habitantes a pocos kilómetros de la capital de la región.
Es a partir de este vínculo indisoluble que Donato Curcio decide invertir en el equipo de fútbol del país y junto con la Administración Municipal para adaptar el estadio dedicado a él. El Az Picerno, el pequeño club grande está hoy en la Serie C y sigue regalando un sueño a la comunidad futbolística picernesa y lucana.
Donato Curcio ha declarado en una reciente entrevista al Avvenire «el Picerno ante todo es una cuestión de corazón. Devolver algo al país donde nací. Hago todo esto por la pasión y la nostalgia que tengo por mi país. Yo por la noche sueño con Picerno, con sus hermosas colinas, y la buena comida. Quisiera estar siempre allí, especialmente cuando juega el equipo…»